Lucía Gala | 18 Abril 2021
El pueblo kurdo tiene su origen unos 600 años antes de cristo. Aquí comenzó su historia, la cual se ha visto interrumpida por diferentes imperios como el de los persas, los otomanos y los árabes ya que estos quisieron conquistarlos a lo largo de diferentes periodos. Los kurdos son una población con orígenes musulmanes, que tienen una lengua relacionada con el persa.
Este pueblo ha sido nómada e indígena durante siglos, lo que ha hecho más complicada su autonomía, ya que se encuentran en un limbo territorial, debido a su cambio de ubicación, aunque siempre se ha situado entre Oriente Medio y Asia Menor. Alrededor de 40 millones de personas forman el pueblo kurdo, de los cuales se encuentran repartidos por diferentes países, como Siria, Turquía, Irán e Irak. Nos encontramos delante del pueblo más grande del mundo sin tener un estado propio, aunque a principios del siglo XX los kurdos barajaban la idea de la creación de su propio país en la región del Kurdistán.
Después de la I Guerra Mundial se visualizaba la formación del país kurdo, pero los límites que se establecieron para el país turco en el Tratado de Lausana no contempló este propósito. En los años posteriores todos los intentos de este pueblo por conseguir su independencia fueron sofocados.
Dispersión demográfica Kurda según Wikipedia.
En la actualidad, los Kurdos suponen alrededor de un 10% de la población siria, ocupando principalmente zonas en el norte del país, en los territorios limítrofes a la frontera con Turquía. Además, su población se extiende al este, ocupando zonas de Irak, en el conocido como Kurdistán Iraquí, así como de Irán. Su lucha por buscar su autonomía de otros estados les ha llevado a jugar un papel activo en conflictos armados, como fue la guerra de Irak y, en la actualidad, la guerra que asola Siria desde hace diez años.
La participación de este pueblo en la guerra siria fue secundada y apoyada, militar y económicamente, por los Estados Unidos durante un largo periodo de tiempo. De hecho, en la lucha contra el Estado Islámico jugaron un papel fundamental en los combates en tierra, mientras la coalición internacional apoyaba cómodamente desde sus bases militares con el uso de drones. Sin embargo, con la llegada de Donald Trump al poder los apoyos a los combatientes kurdos fue decreciendo hasta ser nula.
El verano del 2019 fue el momento decisivo, al ordenar la retirada de las tropas estadounidenses del norte de Siria, dejando a los kurdos sin su apoyo justo antes del ataque que preparaban sus vecinos turcos contra ellos. Fue una decisión desfavorable para el pueblo kurdo que los dejó sin apoyo en la guerra siria y con Turquía en la retaguardia.
En este conflicto los kurdos vieron una pequeña oportunidad para lograr su objetivo principal. Una vez más, los vaivenes de la política exterior estadounidense, así como el expansionismo militar turco, y su consiguiente represión militar contra los kurdos tanto en su país como en el norte de Siria, han terminado por truncar las esperanzas de este pueblo por liberarse y decidir libremente por su futuro. La inacción de los organismos internacionales ha demostrado una vez más su desinterés por defender las causas de los más vulnerables frente a las aspiraciones de las grandes naciones.
Combatientes Kurdos

