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El Triángulo Nuclear

Conor Tyrrell | 10 Abril 2021

Cachemira, un estado atrapado entre dos potencias nucleares

Uno de los lugares más disputados del mundo, Jammu y Cachemira se sitúa entre tres gigantes nucleares (Pakistán, India y China) y ha sido una fuente de conflicto y agitación durante más de  setenta años. A lo largo del siglo XX, llegaron a producirse hasta tres guerras en la zona, provocando miles de muertes. Actualmente, la situación ha vuelto a intensificarse dramáticamente. ¿Pero de qué se trata esta guerra y quienes están involucrados? Para entender cómo la región ha llegado a un punto de inflexión nuclear tenemos que mirar hacia atrás, al inicio del conflicto. 

Cuando en el año 1947 Gran Bretaña otorgó la independencia a India la región fue dividida. Estableció Pakistán para las provincias musulmanas, mientras que India contenía la mayoría de las provincias hindúes. Debido a  la violencia sectaria, la situación llegó a momentos extremadamente violentos debido a la división ideológica y religiosa. En las zonas limítrofes entre Pakistán y la India los pequeños estados tuvieron la opción de elegir a qué nación se unían, destacando por su extrema violencia el estado de Jammu Y kasmir (Jammu y Cachemira).

Este estado estaba formado por una mayoría musulmana, y dirigido por un gobernante hindú, el Maharaja Hari Singh. La decisión del Maharaja fue seguir siendo independiente. No iban a unirse con Pakistán ni India. Esta elección provocó el inicio de un conflicto que captaría la atención de los gobiernos del mundo cuando los países llegaron hasta el borde del desastre nuclear. 

Temiendo que el Maharaja pudiese unirse con India, surgieron rebeliones musulmanas en toda la región. La represión por parte de las fuerzas estatales provocaron miles de muertes, que fueron respondidas por parte de Pakistán con una invasión desde el noreste para apoyar a los rebeldes musulmanes. La India, por su parte, decidió apoyar al gobierno de Hari Singh dando comienzo a la primera guerra en Cachemira. 

La guerra se extendió hasta 1948, cuando las Naciones Unidas ayudaron con un acuerdo de paz y poniendo fin a la violencia. El resultado fue la división de Kashmir en dos zonas a través de una línea de control. A pesar de ello, tuvieron lugar nuevos conflictos armados en la región entre los años 1965 y 1971, ,mientras que las voces del pueblo de Cachemira permanecieron silenciadas en medio de este círculo vicioso de violencia. 

La importancia de Cachemira aumentó tras la guerra de 1971 cuando, en el este de Pakistán, prendió una rebelión que, con el apoyo de fuerzas indias, triunfó, obteniendo así su independencia. Fruto de esta rebelión surgió el estado de Bangladesh, lo que conllevó a una gran pérdida del territorio de Pakistán en el este. Debido a este gran fracaso, Pakistán optó por no permitirse un nuevo golpe en Cachemira afianzando sus fuerzas armadas en la línea de control, convirtiéndose de este modo en uno de los lugares más militarizados de la tierra.  

A lo largo de los años noventa, la región de Cachemira fue caracterizada por el conflicto, la agitación y la muerte. En esta época, no sólo enfrentaban India y Pakistán a través de la línea de control, sino unos insurgentes musulmanes radicales habían entrado en la lucha y apoyando a Pakistán. India reaccionó con el despliegue de casi 500.000 soldados en la frontera produciéndose la violenta Crisis de Kargil de 1999. 

A pesar de no tratarse del conflicto más destructivo entre Pakistán e India, La Crisis de Kargil puede haber sido el más peligroso. Esto se debe a que fue el primer conflicto militarizado desde las primeras pruebas nucleares realizadas en el año 1998 por ambos países. Desde entonces, se trata de uno de los únicos casos de estados nucleares luchando en una guerra, aunque una guerra limitada, por lo que llamó la atención internacional debido a la gravedad de una escalada. 

En los últimos años la violencia no ha aumentado a una guerra total, pero el conflicto y la muerte ha continuado siendo un tema muy recurrente en la región. Un ataque terrorista mató 40 paramilitares indios en Cachemira en febrero de 2019, y en respuesta, se produjeron ataques aéreos de ambos países. Esta fue la primera vez desde 1971 que los aviones militares cruzaron la línea de control. Resultó en una escalada de tensión entre los poderes nucleares al nivel más alto en décadas.

La relación entre India y Pakistán ha sido caracterizada por la desconfianza y la animosidad y ha sido una de las rivalidades más persistentes y peligrosas en la historia geopolítica moderna. Es una disputa territorial que se ha intensificado a una guerra total varias veces y ha traído violencia, muerte y una falta de esperanza a los ciudadanos de Cachemira.



 

¿Pero qué quiere cada bando?

 

El Primer Ministro de India, Narendra Modi, promovió la obtención del control de la región como una parte central de su programa electoral en recientes elecciones. La justificación de esta medida es parar y prevenir la violencia sectaria y las insurgencias separatistas en la región. Aprovechando un creciente movimiento nacionalista en el país, Modi y su equipo citaron la unificación de su parte de Cachemira con el resto de sus principales objetivos. 

 

Pakistán busca el control de la región debido a la población predominantemente musulmana que vive en Cachemira. El Primer Ministro de Pakistan, Imran Khan ha sido muy claro en este objetivo, pero también ha advertido de los peligros de una guerra total entre los dos países.

“Sería una guerra en la que nadie podría ser el ganador. Todos perderían. Habría implicaciones para el mundo entero”.

 

¿Y la gente de Cachemira? Quieren el control de su propio futuro. Quieren la oportunidad de decidir su propio destino. Quieren el referéndum que se les prometió muchas veces, pero nunca se entregó. La gente de Cachemira nace en este conflicto, vive sus vidas en este conflicto y muere en este conflicto.

Con dos poderes nucleares en desacuerdo así, la consecuencia de la escalada de la violencia es inimaginable. Un intercambio nuclear traería sufrimiento no solo a los ciudadanos de Cachemira, sino también a los países y pueblos de todo el mundo.

La sombra de la guerra oscurece el futuro de todos.  

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