El planeta tierra, paraje de diversos mundos

Es sorprendente la elocuencia del ser humano, la riqueza del vocabulario nos permite ser capaces de etiquetar cada cosa con una palabra diversa por muy pequeña que sea e incluso generar diversos conceptos para una misma palabra, algo que vuelve locos a todos los estudiantes Erasmus que se aventuran a aprender nuestro idioma.
El poder de la lengua es tan majestuosa y pura, pues nos permite expresarnos, compartir emociones, porque por muy complejo que resulte manifestar aquello que sientes, ya existe una palabra que recoge todo con exactitud.
¿Sientes una extraña necesidad de mirar a alguien a los ojos?, Opia es tu palabra. ¿Sientes frustración al pensar que estas tardando mucho en conocer a alguien?, Andronitis es la definición de tal. O quizás tienes el deseo de que las cosas y situaciones te importen menos, pues Liberosis es la interpretación exacta de este sentimiento.
Las palabras son creadas por el simple hecho de dar nombre a algo que ya existe, y en la actualidad nos encontramos ante la necesidad de generar un apellido a la palabra cuya definición es ¨Conjunto de todo lo existente o de todos los seres vivos¨, una palabra que debería ser indivisible e inmutable por todo lo que abarca, igualdad, armonía, un poder por encima de nuestras ambiciones, el derecho a ser.
Personas con posibilidades reducidas y en lucha constante por algo totalmente altruista como es el nacer, son definidos con un apellido ¨de tercera¨ por la comodidad de ser más elocuente que valiente de aquellos que nos auto apellidan ¨De primera¨.
Si, por supuesto que me sorprende la elocuencia del ser humano.