Incertidumbre política ¿volverá el correísmo a Ecuador?
Irene Miranzo| 23 Febrero 2021
Ecuador, país ubicado en la costa noroeste de América del Sur y cuya capital es la ciudad de Quito, es una potencia energética reciente basada en energías eco combustibles, además de ser uno de los países con más concentración de ríos por Km2, lo que lo convierte en uno de los territorios con más biodiversidad del mundo. Ecuador es además uno de los principales exportadores de petróleo y de otros productos como el banano y el cacao. Pero pese a estos datos que nos pueden hacer pensar lo contrario, Ecuador está sumido en una gran crisis económica que se ha visto incrementada por la pandemia mundial causada por la Covid 19, a la que se suma ahora una actual incertidumbre política.
Al echar la vista atrás podemos comprobar que la gestión política de este país ha marcado la historia del mismo. Después de varios años del desfile de un vaivén de presidentes que pasaron por el mandato sin llegar a finalizar el periodo constitucional de 4 años, en 2007 el economista Rafael Correa fue elegido presidente de Ecuador con Alianza País, partido que él mismo fundó junto a otros políticos en 2006. Desde ese momento y hasta 2017 gobernó el país sudamericano, convirtiéndose en el mandatario ecuatoriano que más años consecutivos ha permanecido en el poder.
Lenin Moreno y Rafael Correa. / Fuente: Motor económico
La política del presidente Correa estuvo muy vinculada al llamado “Socialismo del Siglo XXI”, término que hace referencia a un socialismo revolucionario que procede directamente de la filosofía y la economía marxista y que Hugo Chávez, presidente de Venezuela, se encargó de promulgar. Un legado progresista que cogió más fuerza con la entrada de Rafael Correa en el gobierno de Ecuador y alrededor del cual se generó una idea liberal al compás de lo que estaba aconteciendo ya en otros países de Sudamérica como en Bolivia con Evo Morales o en Cuba con Castro.
El gobierno de izquierdas de Correa estuvo marcado por una gran inversión pública para infraestructuras, seguridad y desarrollo social, además de grandes cambios políticos y estructurales en el país.”Revolución ciudadana” fue el nombre que Correa le puso a su proyecto político. La idea de este era fomentar la participación de la población en la toma de decisiones, recuperar el papel del Estado y motivar un cambio en el modelo de desarrollo económico del país. Esta revolución marcó un antes y un después en su historia. El partido que capitaneaba Correa, Alianza País, no consolidado en sus inicios, consiguió afianzarse y ganar gran popularidad entre la población.
Después de los 10 años de revolución ciudadana su sucesor Lenin Moreno, vicepresidente y binomio de Correa durante su gobierno, prometía seguir el legado del correísmo. Pero nada más lejos de la realidad, tras ganar las elecciones, Moreno se empezó a distanciar del antiguo gobierno y comenzó a tomar decisiones que desmontaban las tomadas por su antecesor, intentando construir así una identidad propia. Su enemistad y guerra con el ex presidente Correa ha dividido al país en dos durante todo su mandato. Nadie hubiera podido prever tal giro de los acontecimientos teniendo en cuenta el buen equipo que hasta el momento habían formado juntos.
Después de su elección, el actual presidente se tuvo que enfrentar a grandes dificultades dado que el crecimiento económico y social que experimentó el país ocasionado en gran parte por el boom del petróleo se vio afectado por la caída del crudo en 2014, lo que dejó en evidencia grandes problemas estructurales a los cuales se debía enfrentar. El gobierno intentó asegurar la sostenibilidad fiscal y garantizar el bienestar de la población más vulnerable, pero esta crisis aún se ha visto más agudizada con la llegada de la Covid-19.La pandemia a la que se enfrenta el mundo pone en jaque una vez más la gestión del país sudamericano. Aún así, Ecuador en la actualidad lucha para mitigar los efectos de la crisis y restaurar la economía, garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas, y fortalecer sus instituciones.
A las crisis sanitaria y económica a la que se enfrentan se suma ahora la incertidumbre política en medio de un proceso electoral cuyos resultados no han dejado indiferente a nadie. Ecuador se enfrentará en abril a una segunda vuelta en unas elecciones marcadas por las sorpresas. El apadrinado por el ex presidente Rafael Correa, Andrés Arauz, no pudo obtener la mayoría necesaria para evitarlas. El candidato del partido Unión por la Esperanza (UNES) con una clara ventaja al conseguir más de un 32% de los votos a favor, se enfrentará el próximo 11 de abril al conservador Guillermo Lasso.
Escrutinio no exento de polémica debido al ajustado resultado que el partido CREO ha obtenido en la primera vuelta con Yaku Pérez, representante de Pachakútik, la gran sorpresa de las elecciones. La diferencia de menos de medio punto entre los candidatos para disputar la segunda vuelta con Andres Arauz llevó a Pérez a pedir un nuevo recuento de votos, acusando de fraude el recuento electoral anterior, ya que el primer sondeo lo colocaba a él en segundo puesto.
Yaku Pérez en la movilización por un nuevo recuento de votos./ Fuente: La Vanguardia
El Consejo Nacional Electoral (CNE) desestimando la petición, ha anunciado, la madrugada del 21 de febrero, que finalmente la segunda vuelta se disputará entre Arauz y Lasso. Decisión que ha sido comunicada en medio de una gran movilización del movimiento indígena en forma de marcha que avanza desde el sur de Ecuador hasta su capital Quito, donde pretenden pedir frente a la sede del Consejo Nacional este nuevo recuento.
En medio de esta polémica el candidato aliado de Correa saborea la victoria aún sin haberla obtenido .Una victoria que demostraría que el llamado socialismo del Siglo XXI no se ha apagado todavía, devolviendo la esperanza a sus aliados internacionales que confían en un nuevo eje de izquierdas en la región.
Así el ex presidente Correa, tras 4 años de guerra con su predecesor y, tras ser inhabilitado de su actividad política y condenado a 8 años de prisión por un delito de cohecho, busca alternativas para estar presente de alguna manera en el nuevo gobierno. Partido que tendrá que esperar hasta el mes de abril para conocer los resultados definitivos y entonces ya sí, celebrar la victoria.

