Pregúntate ¿Cuántas veces?
Bernia Sanz Kite | 9 Marzo 2021
Las mujeres vivimos en una sociedad ideada y pensada para ser y estar relegadas a un segundo plano, reproducirnos, cuidar del hogar y la familia, no tener ni voz ni voto y estar apartadas de la vida privada.
Muchas leeréis estas líneas y pensaréis que muchas de las características mencionadas son parte del pasado, pero ¿realmente lo son? ¿será solo en parte del mundo occidental, no? ¿somos conscientes de las realidades de las mujeres en otras partes del mundo? ¿Creéis que todas estas condiciones no se dan en tu entorno inmediato? Últimamente las tendencias de pensamiento liberal y capitalista blanquean abiertamente en diferentes plataformas mediáticas que la mujer occidental ya ha alcanzado la meta de la igualdad que abandera el feminismo. Pero discrepo fuertemente y sé que solo por el mero hecho de pensar lo contrario se me encasilla con la etiqueta de radical o extremista por el ciudadano medio. ¿Crees que esta postura es extremista o radical? ¿Crees que puedes hablar sobre el feminismo en todos tus círculos y que tu postura no será cuestionada por tus conocidos, quienes al igual que tú tienen el patriarcado calado hasta los huesos?
La intención de este artículo de opinión es que todas nos preguntemos y analicemos nuestra relación con el feminismo y nuestra relación con ello en nuestro círculo más inmediato, pero también es un ejercicio para aquellos hombres que lean estas líneas y quieran entender situaciones que no viven y ven desde su perspectiva privilegiada que les ha otorgado sin pedirlo el patriarcado. Para hacerlo creo que el arma más adecuada, directa y eficaz es la pregunta ¡Allá vamos, adelante con los clichés!
¿Cuántas veces te vistieron de rosa de pequeña? ¿Cuántos juguetes tenías de “chicas”? ¿Cuántas veces jugaste en el recreo a la rayuela? ¿Y al fútbol? ¿Cuántas veces te dijeron “eso es de chicos”? ¿Cuántas veces te han puesto el refresco a ti y la caña a él? ¿Cuántas veces no se han dirigido a ti y sí a él? ¿Cuántas veces le han puesto directamente a él la cuenta? ¿Cuántas veces has estado en una conversación y no te han dejado participar? ¿Cuántas veces te han ido a ayudar cuando el trabajo o acción requería esfuerzo físico? ¿Cuántas veces te ha interrumpido un hombre para explicarte algo que ya conocías o para “sobre escribir” lo que tú estabas contando? ¿Cuántas veces te han regalado elementos de cocina, de decoración, novelas románticas o bisutería? ¿Cuántas veces te han dicho “ten cuidado al volver a casa, vuelve acompañada”? ¿Cuántas veces has pensado “esto no me lo pongo que es muy provocativo”? ¿Cuántas veces has pensado “esto es muy poco femenino”? ¿Cuántas veces has oído “es enfermero, debe ser marica”? ¿Cuántas veces has pensado o te has cuestionado algo por ser mujer o por miedo a lo que piensen los demás? ¿Cuántas veces no has hecho algo por que a él no le gusta o no le ha hecho gracia? ¿Cuántas veces te has sentido como un objeto por el mero hecho de ser mujer? ¿Cuántas miradas indiscretas has recibido por llevar esa falda que tanto te gusta? ¿Cuántas veces te han dicho eso es de marimacho? ¿Cuántas veces te han preguntado “¿y tú para cuándo?”? ¿Cuántas veces ellos se han quedado sentados mientras vosotras limpiáis y recogéis la mesa? ¿Cuántas veces has oído “qué padre más bueno, te ayuda en todo”? ¿Cuántas veces te has comparado con las mujeres que salen en la televisión, películas y publicidad? ¿Cuántas veces has oído el término feminazi? ¿Cuántas veces has oído el comentario “si sigue así se va a quedar sola, amargada y con muchos gatos”? ¿A cuántas mujeres conocéis con altos cargos? ¿Cuántas veces habéis juzgado a una mujer por cómo viste? ¿Cuántas veces habéis oído o dicho “es una zorra” porque se ha acostado con varios hombres? ¿Cuántas veces has oído que las mujeres con cargos o en contextos laborales donde priman los hombres son unas amargadas, muy serias o implacables? ¿A cuántas ingenieras conoces?…
Podría seguir con una infinidad de preguntas que exponen y ponen de relieve la carencia de igualdad existente en nuestra sociedad, sin hablar del machismo que muchas tenemos interiorizado por haber sido educadas dentro del marco del patriarcado. Sin hablar de las diferencias que existen dentro de diferentes contextos geográficos y sociales de todas las mujeres del planeta.
Hay que remarcar que la mayoría de estas preguntas se enfocan desde una perspectiva de mujer blanca, heterosexual y occidental, con la meta de recalcar que incluso desde un lugar de privilegio, que nos ha otorgado este mundo liberal y capitalista, hay muchas cosas que quedan por cambiar y en las que trabajar.
En mi opinión, este trabajo y brecha existente tiene que ser un ejercicio primero de reflexión y posteriormente, una vez analizada tu situación personal, abrir tus miras al resto de infinitas realidades existentes. A partir de aquí, somos nosotras las que debemos liderar una lucha que todas, un todas inclusivo, debemos aplicar en nuestro día a día para cambiar esos estigmas que tenemos interiorizados e intentar cambiarlos. Luchar todas juntas por un mundo más igualitario y justo para todas.
